sábado, 16 de noviembre de 2013

A veces sueño...

A veces sueño...
Que allá lejos existe un lugar donde impera la paz, donde nadie exige nada y todo el mundo es feliz. Donde mirarse a los ojos es sentir tu amor, tu amistad y deseo. Donde puedo tenerte a mi lado y sentir tu cariño, tus suaves palabras de amor, tus dulces promesas de esperanza perdida, tu felicidad y mi melancolía.
A veces sueño...
Que nada de lo que vivimos es real, que hoy no es hoy y el ayer puede que sea nuestro mañana. Que el tiempo es sólo un melancólico recuerdo de tiempos futuros ya vividos y que, mientras veo la vida pasar muy despacio, puedo avanzar y retroceder por ella a mi antojo sin que el pasado y el futuro me importen.

A veces sueño...
Que soy otro y me presentan a un extraño individuo al que compadezco desde la distancia, un individuo que aborrezco y amo al mismo tiempo, un extraño que ataca mi ego desde su humildad, mi debilidad. Un extraño que me ofrece su amistad, aunque no entiendo su forma de ser. Un enemigo al que amo y añoro tanto, como te amo y necesito a ti. Un extraño que soy yo mismo.

A veces sueño...
Con tu Dios, un ser invisible con el que hablo, siento y amo. Entonces comprendo que es también mi Dios, el nuestro. Que su espíritu nos rodea sin entender nada de lo que nos sucede, sin hacer nada por convencernos de que está en nuestras manos detenerlo. Ese ser infunde en mi alma un amor hacia los demás no correspondido, un amor que se convierte en odio reprimido y finalmente en egoísta olvido. 

A veces sueño...
Que soy feliz, y despierto entendiendo la vida, antes de dormir y volver a despertar sin recordarlo.

A veces sueño...
Que vivo despierto y muero soñando.

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