Encerrado en esta habitación siento como mi corazón encoge poco a poco, siento como sus cuatro paredes avanzan hacia mi, mientras el tiempo, nuestro tiempo, se detiene. Es tarde para volver atrás, demasiado tarde para decir que no.
Me falta espacio para seguir, para vivir, para amar. Qué intenso placer sería poder elegir un final a mi antojo, ser el dueño de tus palabras y acciones, de poder fundir tu deseo con el mío, de tener espacio para poder amarnos sin importarnos dónde o cuándo o cómo.
Lejos quedaron aquellos momentos de libertad, donde los sentimientos fluían solos, donde podíamos vivir sin esperar juicios, sin consecuencias. Hoy releemos y meditamos encerrados en nuestro pequeño espacio de odios y temores mientras dejamos que las paredes nos opriman.
Miro atrás y sólo veo oscuridad ante nosotros. Pasan los días y seguimos buscando una salida a esta historia que aún está por escribir, a un final que aún puedes decidir por mi.
La luz la encendemos cada vez que elegimos y tomamos una decisión. Aunque, a veces, los sentimientos no quieren hacer nada más que seguir en su cómoda oscuridad... Ellos deciden su tiempo y su espacio.
ResponderEliminarUn abrazo, caro amico.