viernes, 12 de julio de 2013

Alrededor de la medianoche


"Sí, anoche disfruté como nunca, y voy a intentar que suceda de nuevo, hoy y mañana, y siempre. Tengo sed, ¿me pones una copa? Esta vez con más hielo. Tengo mucho calor. Es esta maldita corbata que me aprieta mucho. No, no pienso aflojar el nudo, sólo quiero beber. Es fuerte, ponme otra por favor."

El repetitivo y envolvente sonido nos aturde y embriaga de tal forma que no podemos separar nuestros húmedos cuerpos. Todavía puedo notar sus manos recorriendo mi cuerpo, su aliento acariciando mi nuca, sus ojos regalándome esa dulce y sensual mirada, su aterciopelada voz susurrando de nuevo esa cálida melodía.

No puedo esperar a que llegue la noche. Sigo sudando, busco a ciegas mi vaso, lo llevo lentamente a la boca y sorbo, muy despacio, el amargo líquido.

"Ella volverá. Necesito saberlo, dime aquello que todos me ocultan. Casi todo el mundo fuma, bebe y ríe, pero nadie escucha la música. Qué triste. Esa noche hablamos sin parar, soñando que nos amábamos, contándonos nuestros sueños de amor y música."

Mis recuerdos siguen saboreando cada momento que pasé junto a ella. Necesito que sus labios vuelvan a besar los míos, ver de nuevo su sonrisa y cómo se acerca, por detrás, como ella sabe que a mi me gusta. Notar cómo sus brazos rodean mi delgado cuerpo, y sentir cómo se une al mío. Volver a notar su aliento en mi nuca y su largo pelo sobre mi cara.

"Ya no quiero dormir más, sólo quiero estar así, sudando, bebiendo, soñando que nuestros cuerpos siguen entrelazados. Que seguimos hablando, riendo y llorando de felicidad. Ponme otra copa, por favor." 

El vaso cada vez está más caliente. Mi mano nota cómo el licor va subiendo de temperatura, poco a poco, como mi alma. Entonces las baquetas de cepillo acarician suavemente el tambor de la batería y las cuerdas del contrabajo inician el suave ritmo, ajenas a mi, ajenas a nadie.

"Creo que he bebido demasiado. ¿Es ya la hora? Sí, me están esperando en el escenario. ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Tu cantabas en aquel local, ¿cómo se llamaba? Yo subí, sin avisar, y toqué un solo sin conocer siquiera la melodía. Conseguí un contrato y te conocí."

Suena mi voz, suave, melódica. El frío metal en mi otra mano, es su turno, hoy sin sordina, suave, como a ti te gusta. Un dolor profundo atraviesa mi alma. A veces olvido que esta es nuestra canción.




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